• C/ San Juan, 5 - 42002 Soria
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DIA INTERNACIONAL DEL VOLUNTARIADO

“A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota”

Madre Teresa de Calcuta

La Jornada Mundial del Voluntariado en Cáritas es una ocasión especial para reconocer y celebrar la labor invaluable de los voluntarios en todo el mundo. Es una oportunidad para honrar su generosidad, dedicación y esfuerzos para mejorar la vida de los demás.

En Cáritas Diocesana de Osma-Soria contamos con unos 120 voluntarios que ejercen el voluntariado en los programas de Acogida, Infancia, Inclusión Comunitaria y Alojamiento.

¿Y que hicimos desde nuestra Cáritas para celebrar esta jornada? Nos desplazamos hasta San Esteban de Gormaz, un pueblo de la provincia de Soria que se encuentra en la denominada zona de la Ribera. Y allí, alrededor de setenta personas, disfrutamos de una tarde de convivencia en la que realizamos diferentes actividades.

A San Esteban se le conoce como la “cuna del románico soriano”, esto fue lo primero que nos dijo la guía que nos enseñó este pueblo declarado conjunto histórico artístico.

Nuestra Señora del Rivero y San Miguel son dos claros ejemplos de porqué se le denomina la cuna del románico soriano, ya que cuentan con dos impresionantes galerías porticadas románicas, una de ellas, la de la Iglesia de San Miguel, sea posiblemente de la primera que se tienen noticias.

Paseamos por sus calles, por las que un día, Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como El Cid Campeador, caminó cuando fue desterrado de Burgos y fue hasta Valencia. Así nos lo narra el Poema del Mío Cid:

“Los tres solos caminaban del bosque en el espesor

y al amanecer lograron salir al tiempo que el sol;

hasta las aguas del Duero ellos arribados son;

la torre de doña Urraca de posada del sirvió.

Y a San Esteban de fue aquel buen Félez Muñoz

Una vez visto este maravilloso pueblo, donde comienza la denominación de origen Ribera del Duero, nos dirigimos hacia la iglesia parroquial para celebrar la Eucaristía, presidida por el Vicario de Pastoral D. Julian Ortega Peregrina, en la que también estuvo presente el Delegado de Cáritas D. Rafael Muñoz Mateo y varios sacerdotes de la Diócesis de Osma-Soria.

Durante esta jornada se destacó la labor de los voluntarios de Cáritas, los cuales merecen un reconocimiento especial por su dedicación y compromiso con la ayuda a quienes más lo necesitan. Estas personas ofrecen su tiempo, habilidades y corazón para trabajar en proyectos que van desde la distribución de alimentos hasta la asistencia médica, la educación, el apoyo emocional y la sensibilización comunitaria. Su compromiso desinteresado ayuda a construir un mundo más solidario y justo.

Al final de la Eucaristía una de las voluntarias del programa de infancia dio lectura al manifiesto del día de voluntariado en el que se agradeció esta labor a todas las personas que día a día prestan su servicio voluntario a los más pobres.

 

Otra de las cosas de las que se hablaba en este manifiesto es del momento por el que está pasando el voluntariado actualmente. “Aunque puede que el voluntariado no esté pasando por su mejor momento en cuanto a cifras se refiere, tenemos la inquietud de adaptar nuestra acción para seguir llevando a cabo nuestra misión: acompañar. Acompañar desde la fe y el compromiso y sin esperar nada a cambio (aunque todos sabemos que recibimos más de lo que damos).”

 

El Papa Francisco en la pasada JMJ de Lisboa, dijo: “En la Iglesia, ninguno sobra. Ninguno está de más. Hay espacio para todos. Y eso Jesús lo dice claramente. Vayan y traigan a todos, jóvenes y viejos, sanos, enfermos, justos y pecadores ¡Todos, todos, todos! En la Iglesia hay lugar para todos”.

 

Se destacó que los voluntarios no se consideran a ellos mismos ni “súper-hombres”, “ni súper-mujeres”, sino “vecinos de casa”, como dijo el Papa Francisco, ellos no se limitan a dar algo, sino a escuchar, dialogar e intentar comprender la situación y sus causas para dar consejos y referencias justas, estando atentos a las necesidades materiales y espirituales, también a la promoción integral de las personas para hacer presente y visible el Reino de Dios.

 

La tarde terminó con un momento de compartir los alimentos en los salones parroquiales de la localidad, en el que se les dio las GRACIAS a todos los voluntarios, los presentes y los ausentes. Gracias por la dedicación no siempre reconocida. Gracias por seguir poniendo día a día a las personas en el centro de la acción. Gracias por la calidez y con calidad en el trato y la relación con participantes y otros voluntarios. Gracias por escuchar, aunque la situación sea dura. En definitiva, GRACIAS por creer en esta forma de vida que es el voluntariado. Sin todos ellos la labor de Cáritas no sería posible. Son el pilar fundamental de acción caritativa y social de la Iglesia.

 

“Ser parte de algo más grande que uno mismo puede ser increíblemente gratificante.” Voluntaria del programa de acogida